martes, 8 de junio de 2010

Cuento de las nieves I



Hoy es un día normal, neva y hace mucho frío pero estoy contento. En unos minutos saldré por leña para la chimenea.
Estoy de pie en la puerta de la casa y mientras fijo la mirada en el horizonte me resulta inevitable pensar: vaya que es blanco este lugar, y muy frío también.
Visto guantes de color café en las manos. El hacha descansa sobre un fino poste del pórtico de mi hogar, creo que ya es hora de ir a trabajar. Esa leña no se cortará sola.
Mientras camino despacio hacia el bosque pienso lo mucho que disfruto la sensación de mis pies cuando se mueven sobre la nieve, del fresco viento escandinavo y de los copos que caen a mi alrededor. Parece que se avecina una ventisca, definitivamente debo apresurarme para ir por la leña. En casa me espera ella, no sé su nombre, solo sé que ella me espera. No quiero alejarme pero la casa necesita leña, se avecina una ventisca y necesitamos tener fuego para cocinar y para poner un tanto en la chimenea, pues se avecina una ventisca y ya sabemos que cuando eso sucede el frío puede ser insoportable.
Me gusta como se ve mi casa desde el bosque.
Ya no recuerdo como llegué aquí, ha pasado tanto tiempo, pero como me gusta este lugar. De alguna manera me satisface ver mi casa desde el bosque, y ver la luz encendida a través de la ventana; el color café de la madera de la pared y del techo, con la luz amarilla, el blanco del piso y el azul del cielo forman un bello contraste.
Sin duda alguna, soy feliz.


November, 16th 1904.Etude from Op.10 No. 3 in E Major.

sábado, 29 de mayo de 2010

Una vía..


Ya no sé si hice bien al llegar a este lugar, en el que sólo soy un forastero. Ya no sé. Son tantas cosas que he perdido y que no recuperaré; y todo depende del tiempo. al que amo y odio al mismo tiempo.
Hay decisiones que uno toma sin sopesar las posibilidades y consecuencias de aquel punto, al empezar la disyuntiva de la vida, A o B, derecha o izquierda, como saber siquiera qué camino estará lleno de flores y cuál de espinas?...
Ahora que lo pienso, no todo ha sido espinas, ni todo ha sido flores. Pensé que de este modo evitaría preguntarme "¿Qué tal si..?" Pero he fallado. Aquí sentado frente a mi libro de Oftalmología, me encuentro haciéndome la misma pregunta que un día decidí no formularme. Aquel momento en que decidí con el pecho inflamado por un orgullo irrefrenable que no me iba a preguntar ¿Qué hubiera pasado si?.

Aquel momento en que no me fijé que eligiendo esta ruta, no conocería la que descarté, no anticipé que podría existir la posibilidad de que la muralla de las vivencias iba a ser tan grande que no me permitiese ver el otro lado de la vida. Yo sólo quería el mundo para mí, y no quería regresar como los perdedores que veía regresar con los bolsillos cargados de nostalgia. Nunca nada me resultó más abjecto, hasta ese entonces. No quería ser parte del grupo repatriado voluntariamente, no quería que en algún momento alguien me hubiese preguntado: Hey Juan y por qué te regresaste de México? e inventar cualquier excusa para encubrir sólamente que no tuve los cojones para esperar durante 7 años, y ser constante durante mis estudios.
Pero ahora, entre estas cuatro esquinas ajenas completamente a mí, irremediablemente me pregunto... ¿Y qué tal si... ? Pienso que no sólo es un aspecto el que extraño, sino miles de ellos, son aspectos de mi vida, de sus vidas.
Suspiro, les extraño y a la vez me doy cuenta de que sólo me queda esperar a que el futuro sea justo conmigo y me dé lo que merezco, sea esto bueno o malo. Pienso con tristeza en los minutos que sucedieron y que no sucederán otra vez. Esta vida es una calle de un solo sentido, de una sola vía.
Es curioso, hace unos días creí entender varias cosas. Ahora no entiendo un carajo. Lo único claro para mí en este momento de intranquilidad, es que por más posibilidades que uno tenga, no se puede vivir todo. Las decisiones que tomas te lo impiden. Te privan y te premian. O sólamente te privan o sólamente te premian. No sé que escondía el otro sobre, tampoco sé si me hubiese gustado. Talvez hubiese sido una línea recta hacia la meta, o talvez un camino anfractuoso en el que me hubiese demorado mucho más, o en donde talvez nunca hubiese llegado a la meta. De cualquier manera, el motivo de esta entrada es porque durante unos minutos se me antojó suave, tranquilo, confortable, plano, sin relieve alguno. Por un momento, hasta se me antojó mas fácil que el de ahora.
Pero también es verdad, que esta senda que he elegido no ha estado tan mal, ha tenido mas altos que bajos, mas flores que espinas. Emocionante me resulta todavía, pero el futuro es incierto y nunca me ha gustado la incertidumbre.
Me gusta pensar que Dios mediante su justicia divina, cierra caminos para que tu elijas el mejor; te desvía el muy travieso para que conozcas otras cosas pero al final llegas a donde te propones. Curiosamente y con motivo de mi graduación, la sospecha de que esto es verdad y que el éxito es irremediable acude a mi mente cada vez con mas frecuencia. Esto me tranquiliza un poco, aunque no sé ni cómo ni donde ni cuándo ocurrirá, de algún modo sé que ocurrirá.
Seguiré esperando y haciendo mi trabajo como autor, actor, y al mismo tiempo espectador de mi vida. Buena vida a los que leen estas líneas que dedico con mucho cariño a un hombre que fué un ejemplo de lucha y dedicación. Abnegado y responsable, así fué mi abuelo.
Armando Antonio Espinar Orrala.
De alguna manera sé que él sabe que le dedico estas letras y mis triunfos.
Siempre estarás en mi mente y en mi corazón papi Armando! Gracias por todo.
Descansa en paz.